Gn 26:1-6 - "La cosecha de un padre temeroso del Señor" - Serie Génesis No. 54

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INTRODUCCIÓN

Hay muchos esfuerzos tan nobles que hacen los padres por sus hijos. Una señorita que acababa de obtener una licenciatura en una ciudad principal había hecho rápidamente sus maletas para ir a su pueblo a visitar a su familia. Esta señorita llevaba en sus manos su título profesional y corría rápidamente buscando una vieja casa en remodelación donde le habían dicho que se encontraba su padre. Cuando llegó a la casa, los constructores y la gente que estaba cerca se sorprendió al ver a una señorita entrando a ese lugar. La flamante profesional entraba con su título para dar un abrazo a su padre, quien era albañil y que había hecho un gran esfuerzo para sacar a su hija profesional. El momento quedó grabado por algunas cámaras donde la señorita agradecía inmensamente a su padre con un abrazo y reconociendo todo el esfuerzo que el albañil había hecho para que su hija salga del pueblo, fuese a la universidad y termine su carrera. Esta noticia se viralizó bastante tiempo y fue tomada como una muestra de gratitud de la hija hacia el padre, pero sobre todo resaltando el tremendo esfuerzo de un padre de baja condición económica por el bien de su hija.
Hay padres como este que hacen bastante esfuerzo por sus hijos, por darles condiciones distintas a las suyas o en todo caso por gestar las oportunidades para el bien de sus pequeños. Sin embargo, a veces también hay padres que realizan ese esfuerzo pero por distintas situaciones no viven lo suficiente como para ver a sus hijos llegando a esas metas propuestas.
En la porción de hoy, a diferencia de la historia contada, un padre no alcanzará a ver los frutos de su siembre e inversión en su hijo. Un hombre había realizado cuando ya era anciano todos los esfuerzos posibles para que su hijo también tenga oportunidades nuevas y esta vez a diferencia de muchos padres, oportunidades eternas.
Este hombre era Abraham, quien un día escuchó la voz del Señor, llamándole a seguirle y a confiar en Él o poner su fe plenamente. Entonces Abraham tomó la decisión de salir de casa de su padre y se fue obedeciendo a Aquel que lo llamaba. En el transcurso de ese recorrido Abraham cometería muchos errores pero siempre intentaría volver al Señor. Lo más extraordinario es que Abraham recibiría grandes promesas de Dios, quien iniciaba un nuevo pueblo en él, y Abraham haría todo cuanto podría para que su hijo Isaac reciba las mismas promesas.
Abraham, pese a que enseñó a su hijo Isaac a caminar en el Señor, no pudo ver totalmente la cosecha de fe que él había sembrado en su pequeño hijo. Abraham partiría a la presencia del Señor antes de ver cómo Dios lo utilizaría para continuar sus propósitos en su familia. Sin embargo, Abraham se aseguraría de que su hijo pueda conocer al Señor y que pueda honrarlo.
Abraham nos enseña algo que muchos padres han olvidado: Vale la pena invertir en tus hijos, vale la pena invertir en la herencia espiritual de tus hijos, es decir, vale la pena hacer todos los esfuerzos para que conozcan al Señor y lo amen con todo su corazón. El título del mensaje de hoy es: La cosecha de un padre temeroso del Señor y está basado en Génesis 26:1-6. Y si quieres ver las obras de Dios en tu familia esta porción de la Escritura puede cambiar nuestras vidas.

EXÉGESIS Gn 26.1-6

Hemos finalizado con una historia donde uno de los hijos, Esaú, tiene en poco valor su primogenitura. El gemelo mayor había menospreciado la herencia familiar y todo lo que significaba: los bienes y la doble porción de herencia, pero también hemos visto que había menospreciado la herencia espiritual. Esta herencia debía pasar a uno de los hijos para iniciar una siguiente generación que serviría al Señor y por la cuál vendría el pueblo de Israel y entonces también vendría el mesías prometido: el Señor Jesucristo.
Las promesas dadas por Dios a Abraham incluía recibir toda la tierra de Canaán, tener una generación incontable y bendecir a todas las familias de la tierra a causa de este descendiente especial. Todas estas promesas se iban a realizar poco a poco, sobre todo cuando el Señor iba a manifestar su gracia especial sobre el pueblo de Israel para que otros pueblos, gobernadores y reyes vean y sepan que el Dios del pueblo de Israel es real. Realmente había propósitos del Señor en elegir un pueblo especial y tenemos al primero que lo iniciaba: Abraham, luego su hijo Isaac y finalmente el hijo menor de Isaac que es Jacob, quien posteriormente será llamado Israel y de él vendrá todo el pueblo escogido con sus 12 tribus.
Pero vamos a hacer una pausa en la historia de Jacob y Esaú, para ver cómo la Biblia detalla la vida de Isaac su padre. En capítulo 26 de Génesis suceden tantas cosas, algunas maravillosas, otras difíciles, otras de caída y lucha, pero siempre la gracia del Señor se manifestará obrando en sus hijos.
Abraham ya había muerto, ¿qué sucederá con Isaac?
Génesis 26.1 RVR60
1 Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.
La Biblia describe una nueva etapa en la vida de Isaac y sus hijos. Isaac tiene que afrontar una situación crítica relacionada a la tierra que no estaba produciendo lo suficiente y entonces había hambre grande en la tierra. El texto bíblico parece describir que la sequía de este tiempo era solo comparable con la que sucedió en los días de Abraham. Entonces, tenemos una misma situación para el padre y el hijo. Abraham había comenzado su caminar con el Señor con una escena similar, pero de hecho Abraham había tomado decisiones no apropiadas y había ido a la ciudad de Egipto por alimento, abandonando la tierra que Dios le había preparado.
Anteriormente hemos estudiado que esta no fue la decisión correcta. Abraham no estaba permaneciendo en la tierra que Dios le había dicho que iba a ser para él, sino que la desconfianza y preocupación por el “día de mañana” había sido más fuerte que la fe. La necesidad de alimentos, víveres y otros, habían llevado a Abraham a tierra de Egipto donde solo encontraría tropiezos.
Abraham en la hambruna había intentado salir adelante con sus propias estrategias y soluciones y no confiando en el Señor Quién había prometido que estaría con él en toda situación, aún en esa crisis.
El relato de este versículo es una situación similar. Ahora el “hambre” ha vuelto a la tierra. Las condiciones son duras y el hijo de Abraham se encuentra en la misma situación que el padre. ¿Qué decisión tomará? ¿Será que el hijo hará lo mismo que hizo el padre y se irá a Egipto olvidándose de la promesa del cuidado de Dios? Isaac aún no había nacido cuando su padre hizo eso, pero con seguridad que conoció la historia de su padre y su viaje a Egipto. ¿Será que el hijo seguirá el ejemplo del padre y también tendrá debilidad en su fe?
En este punto ¿Nos damos cuenta que como padres realmente tenemos en nuestras manos un poder sin igual en nuestros hijos? ¿Sabes que podemos influirles tan fuertemente que nuestros hijos pueden repetir los errores que hemos cometido o pueden ir por los aciertos de nuestras vidas? ¡Qué importante es dar el mejor ejemplo a nuestros hijos, porque cuando ellos estén en una situación similar, si no lo hemos hecho bien, muy probablemente ellos cometerán los mismos errores del padre y causarán así mismos y a otros las mismas heridas que nosotros nos hemos hecho y hemos hecho a otros, y tendrán el mismo dolor que nosotros nos hemos ocasionado. No olvides que siempre hay ojos, pequeños ojos, que nos están mirando todo el tiempo.
“..y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar.” - Y esta segunda parte del versículo muestra el movimiento que realiza Isaac, ¿será que terminará yendo a Egipto abandonando la tierra prometida?
También debemos ver en este versículo “quién es Abimelec”. Este nombre ya lo habíamos escuchado en capítulos anteriores y en su relación con Abraham. Se entiende por el nombre que “Abimelec” no es un nombre específico, sino que es el nombre asignado al rey de los Filisteos. Entonces no es el mismo Abimelec que estuvo con Abraham, sino que es otro rey que ha ocupado su lugar. Podría haber sido su hijo pero no es el mismo Abimelec que antes.
Recordemos lo que pasó con Abraham en esa misma situación:
Génesis 12.10 RVR60
10 Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra.
Ahora en Génesis 26, vemos que Isaac ha comenzado su desplazamiento por la tierra ¿qué va a pasar? ¿Abandonará la tierra a causa de falta de fe pensando que morirán él, sus hijos, su casa y sus siervos por la hambruna?
Génesis 26.2 RVR60
2 Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré.
El Señor aparece a Isaac. En la situación tan difícil que están atravesando Isaac requería del consuelo y ánimo del Señor y lo recibió en el momento oportuno. Es sumamente difícil muchas veces comprender la dimensión de la hambruna sobre todo porque en nuestro país y me parece que muchos de nosotros no hemos vivido experiencias similares. No hemos emigrado de una tierra a otra porque ya no había para comer. Debe ser terrible ver a tu familia en condiciones difíciles aún para alimentarse. Ellos vivían de la agricultura y del trabajo con los animales, y todo esto, su forma de vida está en gran riesgo.
¿Han venido a tu mente preguntas similares a las que tal vez están en la mente de Isaac? ¿Si no hago esto, o si no me voy a otro lugar, no podré sostener a mi familia? ¿Dónde está Dios en las circunstancias difíciles? Tal vez no será hambre en tu caso, tal vez será una situación difícil de trabajo, tal vez se llamará COVID, tal vez será problemas, salud u otras cuestiones y tendrás que tomar decisiones por esperar en el Señor.
En este versículo el Señor se manifiesta a Isaac. Él está atento a Isaac así como está atento a cada uno de nosotros.
El Señor aparece a Isaac y le da un mensaje que demanda obediencia pero que también significa que ÉL tenía planes para la casa de Isaac: “..No desciendas a Egipto, habita en la tierra que yo te diré”.
El mandato es claro. No debía abandonar la tierra, sino que debía ir a la parte que el Señor tenía preparado para su descendencia. Este es un llamado a caminar por la fe, así como Abraham había aprendido a hacerlo.
¿Qué decisión tomarías tú? ¿Harías caso al hambre, a lo que tus ojos ven, a los animales muriendo a causa de falta de comida y recursos? Todas las decisiones de nuestra vida siempre demandan fe. No todas son así de claras entre hacer caso al Señor y desobedecerlo. A veces se tiene situaciones donde algunas decisiones no aparentan ir contra el Señor, pero sus resultados mostrarán que nos hemos equivocado grandemente.
¿Qué decisión tomará Isaac? Puede hacer lo mismo que hizo su padre e ir a Egipto, o puede escuchar la voz del Señor. Pero la palabra del Señor continúa:
Génesis 26.3 RVR60
3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.
Dios hace algo extraordinario en este versículo. “Habita como forastero en esta tierra..” - El Señor le pide que aquel que había recibido las promesas heredadas de su padre, de recibir toda la tierra que sus ojos veían, ahora debe permanecer como forastero, es decir, como extranjero. Con esto el Señor le estaba diciendo a Isaac que no iba a recibir la tierra de inmediato. Ellos son extranjeros en la tierra y seguirían siendo extranjeros por un buen tiempo. Su padre Abraham había vivido con la misma promesa de heredar la tierra pero había muerto siendo extranjero. No había visto el cumplimiento pleno de esa promesa. Todo esto juega en contra porque los pocos recursos que hay por la hambruna son para los dueños de la tierra y no para los forasteros. Pero el pedido de Dios es que ellos debían permanecer en ese lugar.
¿Cuántos de nosotros diríamos al Señor que su petición está fuera de lugar? ¿Cómo no iré a Egipto por alimento para mi familia, hijos y siervos? ¿Me quedaré en el lugar donde la hambruna impacta mucho más? A veces las peticiones de Dios parecen incomprensibles, pero el Señor ve mucho más allá de lo que nuestros ojos pueden percibir. Los planes del Señor son perfectos, pero el hombre tiene que tomar constantemente decisiones. Podemos acertar o equivocarnos. Tenemos al padre Abraham que se había equivocado ¿Qué hará Isaac?
Veamos algunas frases de este versículo para entender lo que sucede.
“..y estaré contigo..” - La promesa de Dios es que si eres obediente a pesar de la dificultad que están atravesando y a pesar que son extranjeros en una tierra que parece más “ajena” que “propia”, entonces podrás ver las maravillas de sus obras. Esto requiere fe. Eso quiere decir “estaré contigo”. Es la respuesta de gracia del Señor al hombre de fe. Isaac está tomando decisiones o debe hacerlo en una situación donde su padre había fracasado. Abraham sí fue a Egipto por alimentos dejando la tierra prometida y no le había ido bien.
..y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras.“ - Esta parte es tan maravillosa porque ahora Dios está fortaleciendo a este hombre. Dios está haciendo algo que Abraham había anhelado con todo su corazón. El Señor mismo está haciendo la transferencia del pacto de padre a hijo, es decir, de Abraham a Isaac. Anteriormente Abraham habría pasado la promesa de Dios a su hijo Isaac, pero ahora la voz del Señor alcanza directamente a Isaac haciendo de forma personal la transferencia del pacto. El Señor ratifica que esa tierra, la cuál Isaac ha considerado dejar e ir hacia Egipto no debe ser abandonada, porque esa tierra será para su descendencia como una parte de sus promesas.
..y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre.” - Dios tiene propósitos con Isaac. Abraham había demostrado al Señor que estaba dispuesto aún a sacrificar a su propio hijo, es decir a Isaac, y él había crecido así, sabiendo cuánto amaba su padre al Señor. Fue la lección más extraordinaria de fe que recibió Isaac y la transferencia de la fe de Abraham a Isaac fue realizada con las experiencias vividas. Ahora Dios reconoce la fe de Abraham y al heredero espiritual y confirma lo que un padre temeroso de Dios había hecho con esfuerzo para su hijo, presentar que el Señor tiene planes para con su descendencia y con todos los que lo busquen.
¿Cuándo fue la última vez que has dicho a tus hijos o nietos que tienes una herencia que es más extraordinaria que tus bienes? ¿Les has dicho que quieres darles lo más precioso que tienes, que es la eternidad con Cristo? El Señor busca a este tipo de padres y a sus hijos para bendecirlos y sumarlos a su pueblo el día de hoy.
Génesis 26.4 RVR60
4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,
Este es el pacto que ahora Dios estaba haciendo con Isaac. Pacto que pasaba de una generación a otra. No hay nada tan precioso como la transferencia de la fe entre generaciones. El Dios Vivo y Verdadero de Abraham ahora hacía las promesas al hijo:
"Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo..” - De esta manera se garantizaba la descendencia de Isaac y su continuidad. Dios estaría guardando su descendencia y la fidelidad de Dios se manifestaría para con este pueblo. Muchos van a intentar destruir al pueblo de Israel pero esta es una promesa de que prevalecerían. ¿Por qué Israel tiene tantos enemigos? Siempre se ha querido destruir la descendencia de este pueblo. Son los planes de satanás, sobre todo porque en ellos, en la descendencia, había la promesa de un redentor.
..y daré a tu descendencia todas estas tierras..” - La promesa al igual que a Abraham incluía recibir la tierra. Tierra que en hambruna no está produciendo y que hace percibir que el viaje a Egipto es una solución. Sin embargo, la tierra que Dios ha previsto es esta y si Isaac tiene fe en el Señor esta tierra sería suya y de su descendencia.
..y todas las naciones serán benditas en tu simiente..” - ¡Y esta es la promesa más hermosa! Acaba el Señor de confirmar que Isaac es el hijo de la promesa, que a través de él vendrá un día el Salvador Jesucristo. No puede haber bendición más extraordinaria que participar en el plan de amor más grande del mundo: Dios Salvando a los pecadores a través de Cristo Jesús. ¿Cómo no ser parte de eso? Es el mismo plan del cuál tú y yo podemos participar cuando hablamos a otras personas de Jesucristo como Salvador o cuando participamos activamente del ministerio de la Iglesia.
Génesis 26.5 RVR60
5 por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
Hay una pregunta que toda persona llega a hacerse alguna vez. ¿Realmente vale la pena todo esto? Cuando el mundo aparenta ofrecerte con su mentira de que te dará todo lo que necesitas, ¿realmente vale la pena renunciar a todo por Jesucristo? Y este versículo responde esta gran interrogante.
Abraham había tomado la mejor decisión de su vida. Servir al Señor en su casa y dar testimonio de ello a su hijo.
No sé cuántos de nosotros tenemos este testimonio de nuestros padres. ¡Qué hermosa noticia para Isaac, Dios mismo le dice que su padre fue un adorador y un verdadero creyente! Ojalá que algún día nuestros hijos sepan que sus padres nos entregamos una vez al Señor y caminamos con Él.
Abraham había oído la voz del Señor. Esto quiere decir que había creído en Él. Pero él no era solamente oidor, sino que también hacedor. Abraham guardó los mandamientos del Señor, sus estatutos y sus leyes.
Abraham ya no estaba vivo para ver su cosecha o los frutos de la fe en su hijo, pero su hijo acaba de recibir el máximo aliento que le pueden dar: Saber que tu padre fue un adorador del Señor. Abraham había sembrado con la esperanza de que su hijo algún momento vaya a imitar la fe que él tuvo en el Señor. No se equivocó. Su hijo acaba de recibir las mismas promesas y también será recordado como un hombre de fe.
Cuando hay padres que traen maldición a su casa, separación, odio y alejamiento del camino del Señor, también hay padres que traen bendiciones eternas a sus hijos. Si has recibido a Jesucristo y no te esfuerzas por transmitir esa fe a tus hijos, entonces tu vida será un fracaso. ¿Amas a tus hijos pero estás dispuesto a la condenación eterna porque nunca les hablaste de las leyes y estatutos del Señor? Hay padres que no nos atrevemos a hablar de las cosas espirituales a nuestros hijos. Nos esforzamos por darles la herencia material pero hemos descuidado la que era más importante, la herencia espiritual.
Y cuando hay padres temerosos de Dios que enseñan a sus hijos a amar a Dios y lo demuestran con sus actos. La respuesta del hijo será la siguiente:
Génesis 26.6 RVR60
6 Habitó, pues, Isaac en Gerar.
La fe del padre estaba dando frutos en el hijo. Isaac no se fue a Egipto. Abraham en una mala decisión había ido en hambruna a Egipto, lejos de los planes de Dios. Pero ahora Isaac se queda en la tierra que Dios había prometido a su descendencia. La fe del hijo se manifiesta en el Señor. Aún habrá luchas para Isaac y caerá en algunos errores del padre como lo estudiaremos el siguiente domingo, pero en esta que era crucial había salido victorioso.
Lo que es importante en este versículo es que Isaac no va a Egipto sino que parece que siendo mucho más joven que Abraham en el momento de enfrentar la hambruna, tomó la decisión correcta de permanecer en la tierra que su padre le había instruido que era para su descendencia.
Isaac tuvo que haber aprendido bastante sobre la fe de su padre. Si bien sabe que su padre había fracasado en la misma prueba, también ahora puede salir victorioso porque la fe de Abraham fue más grande que los fracasos que tuvo. La fe de un padre impactó grandemente en su hijo. ¿Qué quieres hacer tú con tu familia?

MEDITEMOS EN LA PALABRA

Y ahora, ¿Qué significa esta porción de la Escritura para nuestras vidas y cómo el Espíritu Santo de Dios puede también transformarnos para la Gloria de Su Nombre en esta porción?
Hay bastante por aplicar:

Los padres podemos haber cometido grandes errores en nuestras vidas, pero será nuestra fe la que impactará en las decisiones y vidas de nuestros hijos e hijas.

Abraham había fallado en la misma prueba que ahora enfrentaba Isaac. Pero no fue este error que influyó en la toma de decisiones de Isaac sino la fe del padre de la cuál Dios dio testimonio.
Isaac no fue a Egipto, antes bien, aun en el error del padre, Dios le dijo que Abraham había terminado su vida como un verdadero hombre entregado a su Palabra y que guardaba sus leyes y estatutos. No hay mejor inyección anímica para los hijos que saber que sus padres sirvieron al Señor y que ellos también pueden hacerlo. La fe de los padres motiva grandemente a los hijos.
¿Cómo está tu fe como padre? ¿Has sido de bendición para la vida espiritual de tus hijos o has sido tal vez de tropiezo? ¿Has alejado a tus hijos del Señor o de la iglesia con tus grandes errores? Está bien. Muchos de nosotros nos hemos equivocado con seguridad. Lo hizo Abraham también. Sin embargo, fue la vida final de Abraham que impactó a su hijo. Si te has equivocado, hoy es el momento que como padre, no importa que edad tengan tus hijos, hoy es el momento que tú como padre te rindas por completo al Señor. Tu fe en Cristo, tu compromiso con Su Evangelio y Su iglesia tendrán un impacto más grande en sus vidas que los desaciertos anteriormente cometidos.
Necesitamos como padres entregarnos al Señor. Podemos comenzar hoy.
Génesis 48.15 RVR60
15 Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,
Este versículo muestra que hay hijos que siempre recordarán por generaciones la fe de sus padres. Nuestros hijos sabrán si por la fe anduvimos en el camino del Señor. Pero también esta misma fe será el sustento a nuestros hijos y un día tendrán que tomar decisiones tal vez en situaciones donde hemos fracasado. Nuestros hijos pueden salir victoriosos de esas pruebas, será la fe en el Eterno Jesucristo que los sustentará, y esa es la fe que tenemos que transmitirla.
Padres y madres de esta congregación, ¿te gustaría seguir a Jesucristo con todo tu corazón para que tus hijos también lo hagan?

Dios está interesado en nosotros y en nuestros hijos. Sus planes abarcan a nuestra familia. Nuestro deber es la transferencia de la fe.

Esta es una aplicación maravillosa de la Escritura. Esto quiere decir que no es una lucha únicamente del padre o la madre. Realmente DIOS SÍ ESTÁ INTERESADO EN TUS HIJOS. Estaba interesado en la vida de Isaac tanto como en la de Abraham. Dios es un Dios de planes y propósitos. No estás luchando con tus fuerzas y contra el mundo, sino que esa tarea será del Señor. Él quiere hijos temerosos y creyentes y es el primer interesado en nuestros pequeños. Sin embargo, la tarea nuestra es la transferencia de la fe.
Cuando estás enseñando a tus hijos la Palabra del Señor, no lo haces solo, sino que es el Señor trabajando a través tuyo para la salvación de tus hijos.
Cuando estás diciendo no a los placeres del mundo o las tentaciones, no lo haces solo, sino que es el Señor obrando en tu vida para testimonio de tus hijos, que hay hombres y mujeres que permanecen en la fe.
Cuando vives conforme a las leyes del Señor, no lo haces solo, sino que el Señor está mostrando que aún hay hombres y mujeres piadosos y piadosas que creen en la eternidad y honrar el sacrificio de Jesucristo en la cruz para el perdón de pecados.
El Señor está interesado en nosotros y en nuestros hijos.
Hechos de los Apóstoles 16.31 RVR60
31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
Este versículo no significa que porque crea el padre los hijos serán salvos automáticamente. Cada uno ciertamente debe ejercer la fe. Pero este versículo está diciendo que cuando pongas tu fe en Cristo, Dios no solamente obrará en tu vida, sino que tus bendiciones se extenderán hacia tus hijos, es decir, el Señor obrará a través tuyo para que tu fe alcance a tus hijos y tú serás su instrumento para compartirles su precioso evangelio. ¿Lo estás haciendo? ¿Tu casa y todos en tu casa ya son salvos?
Si tienes hijos alejados de la iglesia o del Señor. Ora por ellos, no te canses de hacerlo.
Si tienes hijos que aún no han conocido la gracia del Señor. Ora por ellos, pide por su salvación y habla con ellos del pecado pero también de la salvación que hay en Jesucristo.

Es posible que no alcances a ver la cosecha de fe en tus hijos, sin embargo, recuerda que la Palabra de Dios nunca vuelve vacía.

Abraham no vivió lo suficiente para ver cómo su hijo Isaac recibiría todas las promesas que él había tenido en su corazón. Ni tampoco vivió lo suficiente para ver a su hijo Isaac tomandno decisiones en las mismas pruebas donde él había caído, tal vez para darle aliento a no hacer lo mismo. Pero Abraham había sembrado la fe en su hijo. Muchas veces no alcanzarás a ver la cosecha en tus hijos. Tal vez el Señor te llame antes de que puedas ver los cambios, pero sin duda alguna, vale la pena haber invertido tu vida, tu tiempo y esfuerzo en tus preciosos hijos y en la herencia espiritual. Recuerda que es la herencia más valiosa que puedes dejar a tus hijos.
A veces nos enfocamos tanto en la carrera, estudios, bienes por dejar y otros que descuidamos lo más importante.
Salmo 37.25 RVR60
25 Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.
El Señor está diciendo en este versículo que él va a proveer para nosotros y para nuestros hijos. No habrá justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan. Que maravillosa promesa para nuestras familias. Tenemos algo más importante que pensar en los bienes para nuestros hijos, sino que tenemos que pensar que sean justos a los ojos de Dios. Que tengan comunión con Cristo y que sean limpios de sus pecados. El Señor cuidará de nosotros. Tú no vivirás para cuidar cada aspecto de la vida de tus hijos, pero el Señor SÍ lo hará. Preocúpate de la herencia espiritual, mientras tengas vida y fuerzas tienes la oportunidad de hacerlo.
A veces no veremos los resultados de forma inmediata y es posible que vayas con el Señor sin ver a tus hijos entregados a Cristo, pero ten la seguridad que cada palabra que has invertido en tus hijos, cada aliento espiritual y cada enseñanza que les has dado acerca de Cristo, quedará en la mente y corazón de tus hijos porque la Palabra del Señor nunca vuelve vacía.
Isaías 55.11 RVR60
11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
Si has hablado a tus hijos del pecado y de la salvación que hay en Cristo has cumplido con la misión más noble que el Señor te ha encomendado, ora por tus hijos, ora por los resultados y déjalos al Señor.
¿Sabes qué es lo más maravilloso de esta historia? Que mientras hay hambruna, problemas y caos en la tierra a causa de esto, Dios estaba obrando en la vida de una familia. Estaba cumpliendo las promesas hechas a un padre temeroso de Dios y estaba dando vida a su hijo y a su descendencia. Mientras el mundo está pasando por hambruna, Dios estaba bendiciendo y dando propósitos a la descendencia de un padre temeroso a su Palabra.
Si te has cansado de ser un padre o una madre que no ha sido temeroso o temerosa del Señor y que aún no ha sembrado en la fe de sus hijos, o si eres un hijo quiere prepararse para dar una herencia espiritual en un futuro a tus hijos y dejarles el mejor legado que puedas hacerlo, entonces, pidamos eso a Cristo. Vamos a orar.
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